Este mes de octubre se celebra la 33ª edición del Mes Nacional de Concienciación sobre el Cáncer de Mama y Jennifer Garrick afirma que un examen para detectar el cáncer de mama debe ir acompañado de un examen de la piel de todo el cuerpo para detectar posibles signos de melanoma. 

En las tres últimas décadas, hombres, mujeres y niños han adquirido un mayor conocimiento de esta terrible enfermedad. Pero ¿sabía que los estudios han demostrado que las pacientes con cáncer de mama también tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de piel, incluido el más mortal, el melanoma?

En Arizona, todos somos conscientes del impacto del sol en nuestra piel. Llevamos sombreros y protector solar, buscamos la sombra y nos hacemos revisiones anuales de lunares. Pero muy pocas personas son conscientes de la correlación entre el cáncer de mama y el cáncer de piel. En pocas palabras, el diagnóstico de uno de estos cánceres aumenta significativamente el riesgo del otro. Aunque aún no se comprenden del todo las razones de esta asociación, sabemos que hay factores de riesgo amplificados que intervienen en la conexión.

Los tratamientos de radiación, los cambios hormonales durante la terapia, un vínculo biológico o genético y los factores ambientales pueden desempeñar un papel en la conexión entre el cáncer de mama y el de piel.

Un estudio realizado por el International Journal of Cancer determinó que las supervivientes de cáncer de mama tenían un 16% más de probabilidades de desarrollar melanoma que las mujeres que nunca habían padecido esta enfermedad. Las pacientes sometidas a radioterapia presentaban un 42% más de riesgo de cáncer de piel.

El melanoma, el tipo de cáncer más frecuente y mortal entre las mujeres de 25 a 29 años, va en aumento. El Instituto Nacional del Cáncer informa que las tasas de nuevos casos de melanoma en los Estados Unidos han aumentado un promedio del 1,5% cada año durante los últimos 10 años. También estiman que habrá 91.270 nuevos casos de melanoma diagnosticados en 2018. Aunque estos resultados son sorprendentes, deberían animarnos a todos a abogar por la detección precoz y el cuidado preventivo de nuestros cuerpos.

Las pacientes con cáncer de mama deben vigilar los cambios en la piel y los lunares mediante autoexámenes periódicos y visitas anuales a su dermatólogo para que les examine la piel de todo el cuerpo. Además, las mujeres diagnosticadas de cáncer de piel deben autoexaminarse las mamas mensualmente, programar su mamografía anual y notificar a sus médicos su historial médico completo.

Los dermatólogos esperan que, con una mayor concienciación, las mujeres adquieran el hábito de programar un examen de la piel de todo el cuerpo cada vez que se hagan una mamografía. Aunque el cáncer de mama y de piel son enfermedades temibles, la detección precoz es la clave de una tasa de supervivencia a largo plazo.

Por Jennifer Garrick, FNP-C de Affiliated Dermatology. En la página 28 de Noticias Gilbert Sun el 7 de octubre de 2018.
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