¿Sabía que 1 de cada 5 personas desarrollará algún tipo de cáncer de piel antes de los 70 años? Por este motivo, animamos a nuestros mayores a someterse a revisiones cutáneas periódicas para detectar signos de cáncer u otras afecciones cutáneas comunes que se presentan en la piel madura. A medida que envejecemos, nuestra piel experimenta cambios que debilitan nuestras defensas contra las afecciones cutáneas: reducción del sistema inmunitario, menor capacidad de cicatrización, piel más fina y daños por agresiones corporales, desde el tabaco a la contaminación. La piel también pierde grasa y agua y se vuelve más fina, lo que permite que la luz ultravioleta penetre más profundamente. Todos estos cambios contribuyen a acelerar el envejecimiento cutáneo y aumentan el riesgo de cáncer de piel.

Cuidados estivales de la piel en la tercera edad

En el cuidado de las personas mayores, los problemas relacionados con la piel pueden plantear retos únicos, sobre todo en los calurosos meses de verano, cuando la humedad y el sudor pueden acumularse y causar irritaciones importantes. A medida que envejecemos, el cuerpo pierde parte de su capacidad de retener su propia humedad y es frecuente que se produzca sequedad. Muchos de nuestros pacientes de edad avanzada se quejan de sequedad crónica, especialmente en la parte inferior de las piernas, y este problema puede verse agravado por muchas enfermedades y afecciones crónicas, como la diabetes o las enfermedades vasculares.

Para combatir la sequedad cutánea en las personas mayores, suelen recomendarse cremas y pomadas reparadoras de barrera gruesa. Sin embargo, durante los meses de verano, estos productos pueden atrapar el calor y el sudor puede acumularse, creando un entorno perfecto para que crezcan bacterias y levaduras. Las zonas más afectadas son las axilas, la ingle y otras zonas de pliegues cutáneos. Por ello, hay que tener mucho cuidado de bañarse y ducharse regularmente con jabones suaves, utilizar polvos reductores de la humedad y cambiarse de ropa con frecuencia según sea necesario.

Las lociones y cremas más ligeras pueden ser mejores para determinadas zonas, y se prefieren los productos sin fragancia para evitar una mayor irritación o respuesta alérgica. Por último, pero no por ello menos importante, cuando el tiempo empieza a mejorar, muchos pacientes ancianos buscan consuelo y calor tomando el sol y el aire vigorizante. Deben aplicarse protectores solares con FPS 30 o superior en las zonas expuestas para evitar quemaduras y daños solares.

Cómo pueden prepararse los mayores para las citas dermatológicas

Los trastornos cutáneos son tan frecuentes entre las personas mayores que a menudo resulta difícil distinguir los cambios normales de los relacionados con un problema médico grave. Por este motivo, es especialmente importante que usted y sus mayores se sometan a revisiones periódicas de la piel por parte de un dermatólogo para detectar signos de cáncer u otras afecciones.

Actualice su información sanitaria personal. Para ayudar a nuestros mayores a prepararse y aprovechar al máximo su cita, asegúrese de tener una lista actualizada de medicamentos de venta libre, recetas, vitaminas, hierbas medicinales, suplementos y antecedentes familiares. Esto es beneficioso tanto para el individuo como para el proveedor, de modo que la información archivada esté actualizada y la condición médica y las posibles opciones terapéuticas se discutan a fondo durante la cita.

Haz una lista. Como muchos de nosotros, de vez en cuando se le pueden olvidar temas importantes que desea tratar durante la cita, por lo que puede ser beneficioso preparar una lista de preguntas y preocupaciones. Esto le ayudará a asegurarse de que la información se prioriza y se aborda en el momento de la visita. Una lista también permite a su médico llegar a un diagnóstico más preciso, asegurando una cita más fluida y eficiente en el tiempo.

Trae fotos. Algunas afecciones cutáneas se manifiestan de forma esporádica, por lo que llevar fotografías de un brote puede ayudar a mostrar al dermatólogo la afección cutánea que le preocupa.

Disponer de un equipo sanitario "en casa". Otro aspecto importante de la salud de la piel es evaluar la situación social del anciano. Identifique quién forma parte de su equipo a domicilio para ayudar a reducir los obstáculos y riesgos de la atención sanitaria, como la polifarmacia. A veces es útil que le acompañe un familiar o un amigo íntimo. Pueden tomar notas por usted y ayudarle a recordar lo que dijo el proveedor. Contar con apoyo puede ayudarle a seguir su plan de tratamiento y cuidados.

Eliminar el maquillaje y el esmalte de uñas. Es posible que confíe en un poco de base y corrector para pasar el día, pero cuando visite a su dermatólogo, es una buena idea pasar del maquillaje para que su médico pueda echar un vistazo más de cerca a su piel. Los dermatólogos tratan una gran variedad de afecciones cutáneas y prestan mucha atención a la salud de las uñas, sobre todo porque algunas afecciones cutáneas como el cáncer, los hongos y los lunares tienden a formarse en el lecho ungueal.

Establezca expectativas realistas. Ser paciente y realista con el plan de tratamiento es un buen punto de partida cuando se visita al dermatólogo. A menudo, los resultados pueden tardar semanas, e incluso meses, en aclimatarse a los nuevos medicamentos y tratamientos.

Además de exámenes de la piel de todo el cuerpoEn cuanto a los lunares, le recomendamos que revise su piel en casa al menos una vez al mes y esté atento a nuevos crecimientos o lunares cambiantes. Con nuestros servicios, nuestra misión es mejorar el acceso al cuidado de la piel para que todo el mundo, a cualquier edad, pueda cuidar su piel. Como persona mayor, nunca es demasiado tarde para reducir el riesgo de cáncer de piel. Acuérdate de usar protección solar, gafas de sol, ropa con protección UV y busca la sombra cuando estés al aire libre.

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